RUTA DEL DIA:
Sofia - Rila: 127 Km.
Rila - Sofia: 127 Km.
TOTAL: 254 KM
El que iba a ser nuestro último dia completo en Bulgaria, empezaba visitando la Iglesia de Boyana. No nos fue fácil encontrar la ubicación de esta iglesia declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1979. Se encuentra en una zona residencial, llamada Boyana, en las afueras de Sofia, al pie de la montaña Vitosha. Para alguien que hable búlgaro o entienda el alfabeto cirílico puede que sea fácil, pero para nosotros no. Primero preguntamos en una gasolinera y medio por señas nos indicaron la dirección a la que ir. Pero no hubo mucha suerte, al principio.
Después al atravesar una carretera que es como una ronda de circunvalación por un puente, de reojo pude ver un cartel de carretera marrón. Esos carteles indican un monumento cercano. Por intuición pensé que bien podría indicar la dirección de esta iglesia que andábamos buscando. Así que dimos la vuelta y, sí era esa la dirección. Así que continuando esos indicativos llegamos al lugar. Como señalo más arriba está en una zona residencial moderna, donde es difícil imaginar que se pueda encontrar tal joya del siglo X.
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La iglesia de Boyana es una iglesia ortodoxa búlgara medieval. El edificio, de dos pisos, está formado por tres alas. El ala este fue construida a finales del siglo X o principios del XI. En el siglo XIII, durante el Segundo Imperio búlgaro, se añadió el ala central. La iglesia se completó con el ala oeste a mediados del siglo XIX.
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La iglesia es célebre por sus frescos, realizados en 1259 sobre otros más antiguos. Representan uno de los ejemplos más completos y mejor conservados del arte medieval de Europa Oriental. En total, son ochenta y nueve escenas con doscientas cuarenta figuras humanas. El autor es desconocido, pero probablemente pertenecía a la escuela de Tarnovo.
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Dieciocho escenas del nártex, que ilustran la vida de San Nicolás, contienen detalles de la sociedad de la época: En El milagro en el mar, el barco y los sombreros de los marineros recuerdan a la flota veneciana. Los retratos del sebastocrátor Kaloyan, constructor del ala central, y su esposa Desislava, así como los del zar Constantino I y la zarina Irina, considerados entre los más impresionantes y logrados de la iglesia, se encuentran en el muro norte.
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Además de la primera capa de frescos, de los siglos XI y XII, de la que se conservan pocos fragmentos, y de la segunda, la más famosa, de 1259, la iglesia tiene unos pocos frescos más recientes, de los siglos XIV, XVI y XVII, así como de 1882. Los frescos han sido restaurados sucesivamente entre 1912 y 1915, en 1934, en 1944 y entre 1977 y 2006.
Una vez visitada esta interesantísima iglesia nos dirigimos a las Montañas de Rila, donde queríamos visitar el que probablemente es el lugar más famoso y visitado de toda Bulgaria, el Monasterio de San Juan de Rila.
Es el mayor monasterio de Bulgaria y se encuentra a unos 120 kms al sur de Sofia en las Montañas de Rila a una altitud de 1500 metros en un enclave natural absolutamente espectacular.
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Fue fundado en el siglo X por el ermitaño Ivan Rijski en el año 941 junto a los monjes que siguiendo su ejemplo se habían reunido junto a él. El primer monasterio se construyó en la localidad de Obelishte a unos 2,5 kms de su emplazamiento actual. Más tarde el boyardo Jrelio Dragovol en 1335 construyó el nuevo monasterio en su lugar de hoy. De aquella época únicamente se conserva hoy en dia una torre de defensa, conocida como la Torre de Jrelio, y que tiene 23,60 metros de altura y seis pisos, en el último de los cuales se conservan magnificos frescos del siglo XIV.
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Junto a la torre se edificó la Iglesia de la Santa Virgen de Osenovitsa de la que se conservan los iconos de San Juan de Rila y de San Arsenio, ambos del siglo XIV. El trono del obispo con sus incrustaciones de marfil y el portal de entrada representan obras maestras del tallado de madera. A lo largo de los siglos el monasterio estuvo disfrutando de amplios privilegios. Todos los soberanos búlgaros aportaron donaciones. Se conserva un escrito de 1378 por el cual el zar Ivan Shishman otorga al monasterio la posesión de tierras, bosques y cuarenta pueblos cercanos. Sin embargo, durante la dominación otomana en 1402 el claustro fue saqueado y quedó deshabitado. Su reconstrucción se inició a finales del s.XV, gracias a las dadivas de la iglesia ortodoxa rusa. En el periodo del renacimiento búlgaro (s. XVIII y XIX) el conjunto monacal fue reconstruido y renovado con la ayuda de las familias búlgaras adineradas de todo el país. Asi en 1834 se empezó la edificación de la Iglesia del Nacimiento de la Virgen, templo principal del monasterio, prolongándose los trabajos de decoración durante veinte años. De planta cruciforme y con cinco cúpulas, tres altares y dos capillas, el conjunto es de una enorme belleza. Los frescos que llenan sus paredes son obra de los mas afamados representantes de la Escuela artística de Samokov y Bansko, constituyendo esplendidos exponentes de las bellas artes.
Impresiona el icono de la Virgen regalado por el emperador Manuel Conmeno en el siglo XII, con reliquias incrustadas de 32 santos y santas al que se atribuyen poderes milagroso, con lo que es objeto de profunda veneración por los fieles que visitan este monasterio.
El gran iconostasio está elaborado en madera de nogal y presenta una enorme abundancia de ornamentos florales, aves, figuras e imágenes. En 1853 se revistió de oro. El conjunto monástico se complementa por un edificio de cuatro plantas y unas 300 celdas para los monjes, cuatro capillas, dependencias episcopales, cocina, biblioteca y un aposento destinado a dar hospicio a los donantes del monasterio.
La enorme cocina se construyó entre 1816 y 1819, dejándonos pasmados ante su enorme chimenea.
El museo del monasterio conserva además una rica colección de antiguos iconos, utensilios eclesiásticos, evangelios magníficamente repujados, manuscritos y libros antiguos impresos. Entre todo ello destaca la Cruz de Rafail, una pieza de madera de 81 por 43 cms, minuciosamente tallada con 104 escenas religiosa y alrededor de 800 figuras en miniatura.
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Al igual que otros conventos el Monasterio de Rila fue centro de la vida espiritual y cultural del pueblo búlgaro, foco de ilustración y educación donde vieron la luz nuevas obras y se elaboraron copias de obras escritas por autores de Tarnovo y del Monte Atos sobre todo. Entre 1860 y 1864 dirigió el Monasterio como Padre Superior el jeromonje Neofit Rijski, conocido por su actividad de educación e ilustración y como autor de la primera historia del Monasterio de Rila. La escuela de este monasterio estuvo instruyendo a niños de todo el país hasta 1913, cuando fue cerrada. En 1976 fue declarado monumento nacional y en 1983 fue inscrito en el Libro de la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Después de visitar este grandioso monasterio nos dispusimos en volver a Sofia, atravesando una vez más los espesos bosques del espectacular macizo de Rila y sus bellísimas montañas.
Ya nos quedaba una sola noche, nuestro viaje se acaba y no nos queda más que disfrutar de la última noche en Sofia con una rica cena búlgara. Al día siguiente muy temprano, a las 8:30 h iniciamos nuestro regreso a España. :-(
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