Con la idea de aprovechar el día en Madrid, lo que siempre resulta muy agradable, sacamos los billetes del Ave para las 9:25 h., con lo que llegamos a la Capital de España sobre el mediodía, con tiempo de sobra para pasear por Madrid y ver alguna de las muy interesantes exposiciones y otros atractivos, que esta ciudad suele ofrecer o visitar a algún familiar.
Nosotros que ya conocíamos Madrid de otros viajes anteriores, decidimos visitar la interesante exposición que había en el Canal de Isabel II, sobre el 2º Centenario del 2 de mayo de 1808. Para ello antes, dejamos en la consigna de la Estación de Atocha el equipaje de nuestro viaje.
Podríamos haber tomado una habitación en un Hotel, pero pensando que nuestro vuelo salía a las 6:30 h de la mañana y que hay que estar en el Aeropuerto de Barajas dos horas antes de la salida, decidimos que no merecía la pena y a una hora prudencial, sobre la medianoche tomamos el metro en dirección al aeropuerto, a la Terminal T2, mentalizándonos de que tendríamos que pasar la noche allí.
Es duro pasar la noche en la T2 de Barajas, porque no había ni bancos donde recostarse. Lamentable, en todo un aeropuerto internacional. Así que la única opción era tumbarse en el duro frío mármol del suelo de la terminal, cuan pobre indigente, o coger alguna silla de los mostradores de Check-in, que a esas horas de la noche permanecen cerrados.
Así sentados en las sillas y apoyados en las maletas pasamos malamente las horas hasta que se abrieran los mostradores de facturación. Una idea se me ocurrió para futuros viajes. Comprar en alguna tienda de chinos una colchoneta hinchable, que no valdrá más de 1 ó 2 euros, inflarla en el aeropuerto y luego dejarla por allí. Lo tendré en cuenta para otra ocasión, y lo sugiero aquí para que el que lea este blog tome nota, porque es dura la vida del viajero.
Commenti